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La importancia de poner normas y límites a los niños

Poner límites nunca ha sido una tarea fácil. Por desgracia, actualmente observamos que la falta de límites en los niños y jóvenes es algo que sucede con demasiada frecuencia.

La función de poner límites significa contener, cuidar y proteger. Nunca es tarde para poner límites y es importante para el desarrollo emocional del niño.

Desde el inicio de la vida tenemos límites. Cuando un bebé nace, todo es confuso. Nadie recuerda este momento, pero desde el inicio de la vida las personas que cuidan del niño comienzan a poner límites: cuando se da el pecho o el biberón, cuando se ha de ir a dormir, cuando se puede jugar, cuando es el momento del baño… Esto permite al bebé adquirir unos hábitos, una rutina y poner orden en su pensamiento

El respeto es una base importante para un buen entendimiento entre padres e hijos. A partir del respeto, adaptaremos y transformaremos las normas, los acuerdos y las rutinas en función de las edades y las necesidades de los niños.

Poner límites no significa gritar, amenazar o hacer reproches. Cuando se pone un límite y como consecuencia, el niño tiene una rabieta, es importante mantener la calma y no asustarse. Es importante poder hablar en los momentos que no hay pataleo, encontrar unos momentos de reflexión con el niño, es básico para su buen desarrollo emocional.

Un trabajo de cada día. Es importante que cada día intentemos buscar un rato en la rapidez de nuestras vidas para escuchar a nuestros hijos. Paremos un momento a pensar cómo está nuestro hijo: ¿Está contento? ¿Está triste? ¿Se siente abatido? ¿Se siente frustrado? ¿Por qué no me hace caso?

Consejos prácticos

  • Poner límites no es una tarea fácil y por supuesto, no hay una “receta” mágica.
  • Los límites protegen y contienen. Dan seguridad.
  • Es importante poder escuchar y reflexionar.
  • Tener una actitud de enseñar, no de mandar.
  • Los adultos somos un modelo a seguir por los niños.
  • Es importante dejar claro qué conducta es adecuada y cuál no lo es.
  • Es necesario aplicar unas reglas de juego que son la base y fundamento para formar niños responsables.
  • Es importante aplicar los límites y normas a las circunstancias personales y edad del niño.
  • Cuando los adultos ponemos límites, puede producir rabia y enojo en el niño. Es normal. Con el tiempo los límites calman y dan tranquilidad.
  • Es importante que el niño pueda expresar sus sentimientos.
  • Los castigos deben ser reparadores y para poder aprender, los castigos no son condenas.
  • Mejor que castigar es reforzar las conductas positivas.
  • Debemos crear un ambiente de respeto.
  • Hay que dar las órdenes con claridad, con firmeza y amabilidad y luego agradecer siempre lo hecho.
  • Es importante poner normas y límites por amor y convencimiento, nunca por miedo o por coacción.

Adoración Navarro. psicopedagoga

 

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